2. Universidad de dimensión humana
El proyecto de Universidad que defendemos descansa en una gestión y política universitaria realizada desde un “enfoque de las personas”. Durante estos años hemos priorizado las políticas enfocadas a la recuperación de derechos, tanto en el profesorado y personal de administración y servicios como en la garantía del principio de igualdad de oportunidades en el acceso y progreso en la educación superior de nuestro estudiantado
Cada uno de los colectivos que conformamos la comunidad universitaria hemos de contribuir de una manera eficaz, eficiente y de calidad a las misiones de nuestra Universidad desde nuestros ámbitos de actividad y desarrollando cada cual las funciones que nos son propias. La dedicación y el trabajo de la comunidad universitaria han situado a la Universidad de Granada en el lugar destacado que hoy ocupa en el sistema universitario andaluz y español. Es el momento de que sigamos sumando todos los esfuerzos y que todos ellos se encaminen en una misma dirección. Desde los órganos de gobierno se tiene que trabajar para que interioricemos que todos los colectivos son importantes y esenciales en y para la UGR. Se trata de alinear los objetivos de la institución con los objetivos de las personas que la conforman.
Afrontemos con determinación el imprescindible relevo generacional, que en la Universidad no se improvisa, debe ser igualmente una oportunidad para la captación e incorporación del talento externo y para la retención y estabilización de nuestros jóvenes talentos. Dignifiquemos la labor docente, fortalezcamos la relación entre docencia e investigación, reduzcamos y simplifiquemos los procesos administrativos para liberar tiempos y capacidades, optimicemos recursos para que el personal docente e investigador se dedique a las tareas que le son propias: la investigación, la docencia y la transferencia de conocimiento.
El reto que hemos afrontado de dotarnos de una nueva Relación de Puestos de Trabajo que no debe ser solo entendido como un instrumento legítimo para la estabilización y promoción del personal de administración y servicios, sino también y principalmente el instrumento para la modernización y racionalización de una plantilla más adaptada a las nuevas necesidades, con un personal más especializado y cualificado porque ellos son realmente los llamados a modernizar y adaptar la gestión a las necesidades de una Universidad del siglo XXI y por ello merecen más y mejor reconocimiento a su labor profesional.
La Universidad debe favorecer el acceso a la educación superior y la integración de todo nuestro estudiantado con sus diferentes perfiles y procedencias; debe crear un entorno favorable para el seguimiento con éxito de sus estudios dotándolo de los conocimientos y competencias óptimas, pero también de los servicios y del apoyo para hacer de la vida universitaria una experiencia formativa altamente enriquecedora. Un compromiso que debe llegar hasta su inserción en la vida laboral proporcionando al estudiantado vías que favorezcan su empleabilidad, el emprendimiento y faciliten su formación a lo largo de la vida. Se trata de hacer de la experiencia de la Universidad una experiencia de éxito profesional y personal para nuestro estudiantado.
Seguiremos trabajando para promover un clima real de confianza y de buen trato entre personas y colectivos, de reconocimiento del mérito y del desempeño profesional. Todo ello se acompañará de un diseño integral de espacios, infraestructuras y servicios pensando en cada persona. Una Universidad sostenible, saludable, accesible e inclusiva, es prioridad para garantizar el bienestar de todos los miembros de la comunidad universitaria en toda su diversidad.
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