La Universidad que viví y vivo con Pilar Aranda, por Juan Llopis González
Desde que conocí a Pilar Aranda al comienzo de su Tesina de Licenciatura en el Departamento de Fisiología, supe inmediatamente que me encontraba ante una persona excepcional. Destacaba por su gran capacidad de trabajo, su marcado carácter innovador, su actitud despierta y proactiva, su capacidad de entendimiento y empatía, y sus inmensas cualidades sociales. Su presencia siempre generaba un ambiente de conciliación, era comunicativa y cordial. Esto la convirtió en un gran amplificadora de la actividad investigadora de nuestro grupo. En paralelo su faceta de gestión afloró de forma temprana, siendo la antesala de una trayectoria impecable.
Pronto se hizo patente su gran capacidad de liderazgo, materializándose en su nombramiento como Vicerrectora de Estudiantes. También su faceta como investigadora evolucionó hacia la política científica, siendo capaz de compaginar el trabajo de investigación con el de Secretaria del Plan Andaluz de Investigación. Quiero destacar también su vertiente humanista, desarrollada al frente de la Fundación Euroárabe de Altos Estudios. Siempre tuvo un importante compromiso con los estudiantes, no solo los jóvenes, ya que desarrolló y consolidó el Aula Permanente de Formación Abierta que este curso ha cumplido veinticinco años de éxitos.
En estos últimos cuatro años la he visto ser continuadora e intensificadora de la prosperidad de la Universidad de Granada iniciada por los últimos rectores, y lo ha hecho con su sello personal inconfundible. Ha conseguido llevar a cabo un magistral desempeño como Rectora en una muy desfavorable situación económica global.
Haber participado en su formación académica y científica me produce felicidad, aunque debo reconocer que en materia de política científica fui yo quien aprendí mucho de ella. He sido testigo de su sensacional evolución y no tengo duda alguna de que sus logros continuarán durante cuatro años más, con su consiguiente repercusión en el crecimiento de esta Universidad de Granada casi cinco veces centenaria, merecedora del más profundo respeto y de una reconocida proyección internacional. Es por eso que animo a quienes aún no conocen a Pilar Aranda a depositar su confianza en ella, asumiendo que quienes la conocemos ya lo hicimos hace mucho tiempo
Juan Llopis González
Catedrático de Fisiología
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