Universidad estimulante y responsable. Necesaria colaboración de todos, por Alegría Carrasco

La universidad es fundamentalmente un centro de trabajo, estudio, reflexión y formación. Una comunidad de personas que contribuyen a la investigación, a la ciencia y a la formación integral de ciudadanos. En ella transmitimos y compartimos conocimiento, valores, visiones sobre muchísimas cosas y también métodos de trabajo, conformando, de este modo, un ecosistema que, admitámoslo, tiene -como cualquier colectivo integrado por seres humanos- sus particularidades, sus aspectos positivos y también negativos. Estos últimos, sin duda, pueden minimizarse o incluso neutralizarse a través de la buena voluntad, el trabajo, el empeño y la exigencia, que debe siempre comenzar por uno mismo. En efecto, creo que debemos ser exigentes en nuestras tareas docentes y en nuestro trabajo investigador, pero también en otros ámbitos. Con frecuencia una sonrisa o un “buenos días”, o incluso mejor, un “buenos días con una sonrisa”, puede tener un impacto en nuestro entorno equiparable al de un determinado logro científico. No debemos minusvalorar el poder de este tipo de gestos en nuestra cotidianeidad. La universidad también es esto: educar en la convivencia, la cordialidad, la solidaridad y el compañerismo.

Quisiera aprovechar esta oportunidad que se me ofrece para advertir sobre una responsabilidad que, creo, es fundamental: ofrecer lo mejor de nosotros mismos a nuestros estudiantes, dentro del rigor y el compromiso profesional. Ellos son a quienes nos debemos en primer lugar y quienes dan sentido a nuestra labor. De igual modo, tenemos también una responsabilidad para con quienes llegan a nuestros departamentos y facultades interesados por la carrera universitaria. Jóvenes investigadores que debemos estimular, darles perspectiva y transmitirles la importancia del esfuerzo, la dedicación y la rigurosidad, mientras luchan (o mejor, luchamos) por su estabilidad. Somos los profesores e investigadores quienes tenemos la obligación de hacer todo lo posible para que alumnos que han mostrado aptitudes y talento destacable se sientan atraídos por nuestros centros universitarios, por lo que hacemos diariamente. Somos nosotros quienes debemos animarles, hacerles sentir cómodos en el trabajo, facilitar su evolución y transmitirles confianza respecto a sus perspectivas profesionales futuras. De otro modo no haremos sino languidecer.

Sirvan pues estas breves líneas, para reivindicar el buen ambiente en el trabajo, la importancia del trabajo en equipo, el estímulo universitario para jóvenes investigadores y el empeño en lograr entre todos adecuadas condiciones y posibilidades laborales para ellos en un contexto de creciente competitividad internacional que nos exige dar, si cabe, aún más. Soy consciente de que se hace todo lo posible en esta dirección y desde aquí transmito mi sincero agradecimiento a nuestra Rectora y a todo su equipo por la importante labor que desarrollan; sin embargo, es responsabilidad de todos trasladar ese esfuerzo e impulso institucional a nuestro día a día.

Estoy orgullosa de formar parte de la Universidad de Granada y quiero que ésta sea ejemplo de formación integral de nuestros egresados y rápida y plena incorporación de los mismos al mercado laboral; también en la investigación multidisciplinar y de vanguardia que conduzca a una producción de calidad e impacto. Deseo que nuestra universidad siga destacando en la generación, transmisión y transferencia de conocimiento, así como en su proyección internacional (a través de estancias de nuestro personal en centros de prestigio, recepción de talento externo, participación en consorcios, redes y proyectos internacionales) y en la cooperación al desarrollo con resultados tangibles. Me gustaría, de igual modo, que la UGR se caracterice por un sistema de gestión ágil y operativo; que intente buscar el modo de equiparar la importancia de la faceta docente e investigadora de los profesores y, por último, que demuestre un trato agradecido, generoso e igualmente responsable con los miembros de nuestra comunidad que se marchan y que han contribuido durante toda su carrera a marcar el espíritu de nuestros centros.

Convencida de que a día de hoy tenemos una UGR de la que podemos sentirnos más que satisfechos, pero también de que hay cosas que hemos de mejorar, invito a que miremos hacia nuestro interior y nos comprometamos a aportar nuestra mejor versión. No me cabe duda de que así continuará haciéndolo nuestra Rectora y el equipo que la acompaña tras la celebración de las inminentes elecciones.

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