La Universidad de Granada y Ceuta, por Kawtar Benghazi

La presencia de una institución de educación superior como la Universidad de Granada sin duda representa un impacto importante sobre la cuidad de Ceuta y su entorno desde los puntos de vista cultural, social y científico. En efecto, Ceuta es una ciudad pequeña en un enclave geopolítico singular, donde la Universidad emerge como agente vertebrador donde formar y poner en práctica valores relacionados con la tolerancia a la diversidad en un ambiente de excelencia académica. En Ceuta viven oficialmente unas 85.000 personas, de las que unas 28.000, el 32,5%, sufren riesgo de pobreza (medido como ingresos anuales por debajo del 60% de la mediana de la renta de las personas que viven en España). Este indicador, que ha mejorado en los últimos años, es especialmente duro con la ciudad en los periodos de crisis. A él contribuye especialmente la elevada tasa de desempleo (22,3%). Por tanto, disponer de la oferta de estudios superiores de la Universidad de Granada en Ceuta a precios públicos, representa un auténtico chaleco salvavidas para las personas jóvenes, y no tan jóvenes, que buscan formarse y prepararse para las sociedades del conocimiento. Si la Universidad, en general, es un ascensor social, en Ceuta es una nave espacial que hace realidad el deseo de desarrollar una vida plena sobre la base del trabajo bien hecho, la formación constante y el respeto mutuo.

La Universidad de Granada convierte a Ceuta en territorio de oportunidades. De Ceuta puede tenerse una imagen de  ciudad problemática, a la que ha podido contribuir alguna serie televisiva, o de ciudad de contrabando (“comercio atípico” en neolenguaje). Sin embargo, Ceuta también es ciudad de emprendedores y negocios de éxito, como el café Catunambú o la aerolínea Hélity (única aerolínea española de transporte regular de pasajeros en helicóptero y de las pocas que existen en el mundo), que han prosperado y exportado sus servicios fuera del reducido ámbito ceutí. Cambiar los estereotipos negativos pasa por empoderar a la población ceutí con instrumentos formativos adecuados y concienciarla de que en la universidad pública y de calidad se puede. En este sentido, la Universidad de Granada, a través de sus campus en Ceuta y Melilla, es faro y puerta con África, un continente de oportunidades aún por construir. Ceuta se proyecta a través de la Universidad de Granada y la Universidad de Granada se proyecta en Ceuta. Soy testigo de primera mano de cómo las empresas ceutíes ya han comenzado a mirar hacia adentro de la ciudad e identificar en la UGR y sus spin-offs, un aliado eficaz a la hora de encontrar socios tecnológicos y empresariales con los que sacar adelante sus iniciativas. En ese sentido, cada vez son más numerosas las empresas ceutíes que nos solicitan participar en sus proyectos.

El apoyo de Pilar Aranda a la implantación títulos de posgrado, como los másteres de tecnologías y marketing, y de atención a la diversidad, suponen un impulso y compromiso cierto de apuesta por el desarrollo de la UGR en Ceuta, y por extensión de la ciudad en su conjunto. Otras iniciativas a cuya promoción ha ayudado, como el proyecto Seré Ingeniera, dirigidas a descubrir vocaciones tecnológicas resultan especialmente relevantes en esta dirección. Las mujeres en las áreas STE(A)M somos una clara minoría numérica. Si la mayoría de las demandas de puestos de trabajo van a concentrarse en dichas áreas, y apenas hay mujeres formadas para desarrollarlas, no encuentro mejor apuesta para acabar con la desigualdad salarial. A ello se suman otras inversiones, como el HUBEMA-Lab, a la vanguardia tecnológica del análisis del movimiento humano, o el Aula de Mayores, de inestimable valor social. También es cierto, que aún queda mucho por hacer. En los campus pequeños, con pocos grupos por curso, los encargos docentes obligan con frecuencia a asumir y preparar numerosas asignaturas, restando tiempo a las otras tareas del PDI. Asimismo, se debe trabajar para que el profesorado de los campus de Ceuta y Melilla pueda concurrir a las mismas convocatorias relacionadas con inversiones en investigación, que el profesorado de Granada, o al menos, diseñar políticas subsidiarias para estos campus cuando no se pueda. El campus de Ceuta ofrece también opciones para la colaboración interdisciplinar de las áreas de Educación, Economía, Tecnología y Salud que allí se concentran en un mismo complejo. En ese sentido, resulta un lugar idóneo para probar e innovar mediante living-labs y campus digitales en nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje.

Desde un punto de vista más global, en el programa de la candidatura ofrece propuestas necesarias de cara a mantener la Universidad de Granada en su posición de liderazgo. Por mi ámbito de conocimiento, me atraen especialmente las relativas a la agilización y digitalización de procesos y estructuras. La implantación de políticas de calidad y justificación del gasto en el uso de fondos públicos implica al PDI y PAS de la universidad en pesadas tareas de gestión. En este sentido, la digitalización con objeto de hacer más ágiles los procesos administrativos es fundamental, pero debe hacerse con cuidado y sin olvidarse de las personas a las que se presta servicio, de manera que sean flexibles con las situaciones excepcionales, amigables y usables. Asimismo, la Universidad de Granada debe estudiar si puede sacar también provecho de esta situación que afecta a toda la universidad española. En efecto, la UGR cuenta con una red de centros, equipos humanos e infraestructuras de primer nivel que le permiten abordar e innovar en la gobernanza universitaria y exportar o transferir la experiencia adquirida en la adopción de los mismos. De la misma manera que Amazon aprovechó sus complejos sistemas de información on-line para ofrecer capacidades de cómputo a terceras empresas (dando origen a las tecnologías cloud), o Fuji Film,que pasó a producir cremas cosméticas a partir de sus avances para proteger películas fotográficas, la Universidad de Granada puede convertirse en otro referente que marque la pauta en la gestión universitaria y facilite la gestión de los procesos. De nuevo, los campus de Ceuta y Melilla, pueden enriquecer aún más la experiencia adquirida en la gestión a distancia de procesos.

En todas las ocasiones que he tenido de interactuar directamente con Pilar Aranda he encontrado una mente preclara, cercana y preocupada por los problemas de las personas y de la comunidad universitaria. Pilar Aranda ejerce una gestión de la gobernanza universitaria magnética, basada en un pragmatismo inteligente fundado sobre el trabajo constante. La rectora ha colocado el listón muy alto en numerosos aspectos transversales a la mera actividad académica: rankings, presencia en los medios, labor social, convenios, ligas universitarias, internacionalización… Los resultados visibles de estos 4 años de gestión acreditan su idoneidad para afrontar los nuevos desafíos que la sociedad de Ceuta tiene en relación con la sociedad del futuro y para los que podrá encontrar el firme soporte de la Universidad de Granada.

Kawtar Benghazi

Profesora Titular de Lenguajes y Sistemas Informáticos

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