Universidad y representación estudiantil, por Javier Tenedor
Hablar de Universidad entre mis compañeros y compañeras nos invita a reflexionar, en mi opinión, de uno de los debates más interesantes e importantes de nuestra sociedad, ya que la educación es el motor de transformación y progreso del mundo en el que vivimos. Es, la Universidad, ese espacio y reflejo de una sociedad cambiante y que se reajusta a las necesidades del presente.
He cursado mis estudios de Grado, Máster y ahora Doctorado en esta Universidad, una Universidad pública donde la enseñanza ha sido óptima y de calidad. Es una de las experiencias vitales más importantes de mi vida y que recomiendo, ya que para mí la Universidad representa el punto de inicio de un camino apasionante en el conocimiento y la investigación, donde el sector estudiantil es esencial para la existencia misma de esta Institución.
Los estudios universitarios nos permiten comprender mejor la complejidad de la sociedad y del mundo en el que vivimos, en suma, nuestro paso por la Universidad es una invitación a descubrir nuestra área de conocimiento, para comprender mejor nuestro pasado, valorar nuestro presente e intentar avanzar en el futuro para legar un mejor mundo a las generaciones venideras.
He de reconocer que desde pequeño, tanto en el Colegio Público “Santa Teresa de Jesús” como en el I.E.S. “Dr. Francisco Marín” ambos de Siles (Jaén), participé como Delegado de Clase y fui miembro del Consejo Escolar. En la Universidad no pude resistirme a participar de la vida activa universitaria pero desde la representación estudiantil y la toma efectiva de decisiones como instrumento de transformación y mejora de la vida de mis compañeros y compañeras, ya que considero que el papel del estudiantado en la Universidad debe de ir más allá del simple hecho de asistir a las clases.
La representación estudiantil es una experiencia única, porque a la par que estudiante se representa a la colectividad, en mi caso he participado en los Consejos de Departamento, la Junta de Centro de la Facultad de Filosofía y Letras, Claustro Universitario, Consejo de Gobierno y Comisión Académica de Máster.
El balance de esta experiencia ha sido muy gratificante ya que todas las medidas y acciones llevadas a cabo desde el Equipo de Gobierno y Rectorado se han trabajado de forma conjunta para mantener la necesaria alianza entre estudiantado y Órganos de Gobierno generando un esfuerzo bidireccional muy positivo.
Hace 4 años era un estudiante de Grado y a día de hoy tengo la satisfacción de cursar mis estudios de Doctorado. Durante este trance he sido beneficiario de becas fruto del esfuerzo y el trabajo constante. Además, también he tenido la experiencia de ser becario de Asociacionismo dentro del Secretariado de Información, Participación y Asociacionismo Estudiantil, he conocido de primera mano los proyectos, actividades y elementos burocráticos a los que se enfrentan dichas asociaciones, destacando por encima de todo su esfuerzo, compromiso y entusiasmo por compartir sus iniciativas con el resto de la Comunidad Universitaria a la par que la sociedad granadina en general.
Echando la vista atrás me parece vertiginosa la rapidez en la que el tiempo ha pasado desde la fecha de las anteriores elecciones Rectorales y la nueva cita electoral a la que nos encontramos.
Hace 4 años tuve el placer de conocer a Pilar Aranda, candidata al Rectorado de la Universidad de Granada, fue una experiencia emocionante el apoyar por primera vez en la historia de esta Institución a una mujer para lograr romper el famoso “techo de cristal”. La sensatez, la altura de miras, el compromiso de su programa y el realismo fueron los elementos que me motivaron a confiar en ella al igual que su liderazgo, experiencia y capacidad de gestión.
El balance de estos años ha sido muy positivo, los cambios son latentes y sobretodo destaco la armonía entre las instituciones y miembros de la Comunidad Universitaria por caminar en una misma dirección, donde ha prevalecido el diálogo y el esfuerzo compartido.
Creo que la Universidad de Granada hoy es un referente en muchos niveles y sentidos por un hecho esencial: los hombres y mujeres que hacen de esta Institución un espacio de máxima referencia y excelencia.
Hablar de la actual Rectora, Pilar Aranda y de su proyecto para los próximos años nos invita en esta nueva cita electoral a seguir apostando por una Universidad Pública, de calidad, feminista, de crecimiento personal e intelectual, orgullosa de su esfuerzo compartido y que camina hacia su quinto centenario en 2031 siendo una Universidad puntera donde confluyen y confluirán conocimiento, investigación, innovación, cultura, transferencia del conocimiento, defensa férrea de Universidad pública como ascensor social y donde la igualdad plena sea efectiva.
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