Una Universidad conectada y comprometida con la sociedad, por Rosa Martín Ramírez
El comienzo de este milenio se caracteriza por la incorporación masiva de las nuevas tecnologías a todos los ámbitos de la sociedad, lo que ha configurado nuevas formas de relacionarnos, de comunicarnos y, en definitiva, de vivir. Tanto es así, que el cerebro humano está modificando sus patrones de comportamiento, pues funciones como la memoria a largo plazo, por ejemplo, ya no son tan usadas, dado que los datos que antes almacenaba el cerebro ahora se encuentran en nuestros dispositivos a golpe de un clic.
Otra de las características que definen a las nuevas tecnologías es que evolucionan constantemente y de forma muy rápida, lo que exige un constante reseteo y puesta al día.
En el ámbito educativo, las metodologías han evolucionado desde un modelo educativo unidireccional, en el que el profesorado transmitía sus conocimientos al alumnado, hacia lo que se conoce como educación 4.0, que se caracteriza por ser más flexible, extenderse a lo largo de toda la vida, desarrollar competencias en el alumnado y usar las tecnologías y la inteligencia artificial para enriquecer el proceso educativo.
Los perfiles que se demandan en el mercado laboral incluyen competencias personales como creatividad, capacidad para adaptarse a los cambios, para resolver conflictos o para trabajar en equipo, que normalmente no se contemplan en el currículum académico.
La universidad de los próximos años tiene que hacer un esfuerzo para integrar todos estos cambios y evolucionar hacia este nuevo paradigma.
La estructura de la universidad debería ser más flexible y poder proporcionar una respuesta ágil a esos cambios constantes que caracterizan a la sociedad contemporánea.
La oferta formativa en otros formatos de enseñanza podría ampliarse para permitir la incorporación de alumnado que, con titulación universitaria o sin ella, desee seguir formándose a lo largo de la vida cualesquiera que sean sus circunstancias: formación a distancia, on-line, cursos de reciclaje profesional…
Y por último, debe seguir adelante con el compromiso con la sociedad ofreciendo soluciones a problemas reales de medioambiente, igualdad, integración, etc.. En este sentido, el conocimiento que se genera a través de la investigación científica debería transferirse rápidamente a la sociedad para que el beneficio fuera lo más inmediato posible.
Bibliomaker: un espacio de creación en la Biblioteca Universitaria
En la Biblioteca de la Universidad de Granada hemos empezado a integrar las nuevas tendencias a través del Bibliomaker, un espacio de creación que da cabida al “Movimiento Maker”, una tendencia mundial en expansión que promueve el desarrollo de la parte creativa que todo el mundo, sin excepción, lleva dentro. El ser humano tiene necesidad de crear, de inventar, de diseñar cosas, y es esa necesidad la que nos ha llevado a estar tan desarrollados tecnológicamente.
En el Bibliomaker se proporcionan herramientas de diseño y fabricación digital, de electrónica, de robótica, de realidad virtual, de corte y grabado y de fotografía, para la comunidad universitaria pueda crear cualquier cosa imaginable.
Desde este espacio pretendemos promover la educación no formal, el trabajo colaborativo e interdisplinar, la formación en nuevas tecnologías, la cultura de la innovación y la creatividad, el aprendizaje a través de la experiencia…
Con este modelo, las Biblioteca, que tradicionalmente proporcionan acceso a materiales creados por otras personas, pasa a proporcionar espacios para que la comunidad universitaria pueda crear sus propios contenidos.
Rosa Martín Ramírez
Técnica Especialista de Bibliotecas, Archivos y Museos
Facultad de Traducción e Interpretación
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